SEÑALES DE ALERTA DE AUTISMO EN ATENCIÓN TEMPRANA

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¿CUÁLES SON LAS SEÑALES DE ALERTA CON SOSPECHA DE AUTISMO EN ATENCIÓN TEMPRANA DE 0 A 6 AÑOS? 

 

En esta publicación, os queremos mostrar las señales de alerta que sospechan de un posible diagnóstico de autismo. Estas señales, tienen que ser estudiadas y realizar un seguimiento para ver su continuidad en el tiempo, para descartar o detectar posibles diagnósticos relacionados con trastornos del neurodesarrollo 

Tal como hemos comentado anteriormente en otras publicaciones, es importante detectar lo antes posible estas señales de alerta, para así poder intervenir sobre ellas de manera eficaz y temprana. 

 

Señales de alerta en el TEA.  

Las señales que nos alertan sobre un posible diagnóstico de trastorno del espectro autista (TEA), pueden ser las siguientes, según cada etapa evolutiva.  

 

Antes de los 12 meses: 

  • Dirigir la mirada hacia las personas lo hacen con poca frecuencia.  
  • No se observa una anticipación cuando lo vamos a coger, tal como echarnos los brazos, o mover el cuerpo como si fuera a ser cogido.  
  • No participa en juegos interactivos simples como por ejemplo el “cucu-tras”.  
  • No se observa una sonrisa social, es decir, cuando le sonreímos el/la menor no responde con una sonrisa.  
  • No muestra nerviosismo ante los extraños alrededor de los 9 meses.  
  • Hay una falta de ansiedad de separación hacia los progenitores cerca de los 9 meses. 

  

Entre los 12 y 18 meses: 

  • Un contacto ocular caracterizado por la evitación de la mirada con el adulto.  
  • No se observa una respuesta al nombre cuando se le llama.  
  • No señala para pedir algo (lo que se conoce como gestos protoimperativos). 
  • No muestra los objetos que coge o que le llaman la atención al adulto.  
  • Se observa una respuesta inusual ante estímulos auditivos, por ejemplo, se tapa los oídos, se pone nervios@, etc.  
  • Sigue habiendo una falta de interés ante juegos que son interactivos con el adulto o su grupo de iguales, como el cucutras, etc.  
  • No mira hacia donde otros están señalando para mostrarle un objeto.  
  • Hay ausencia de imitación espontánea.  
  • Ausencia de balbuceo social/comunicativo típico como si conversara con el adulto. 

 

Entre los 18 y 24 meses: 

  • No señala con el dedo para compartir un interés (gesto protodeclarativo). 
  • Se observan dificultades para seguir la mirada del adulto.  
  • No mira hacia donde otros le indican.  
  • Hay un retraso en el desarrollo del lenguaje comprensivo y/o expresivo.  
  • Se observa una falta de juego funcional con los juguetes, donde se observan formas repetitivas de juego con objetos.  
  • No se observa un juego simbólico. 
  • Hay una falta de interés hacia otros niños de su edad o incluso a su hermanos 
  • No suele mostrar los objetos.  
  • No responde cuando se le llama. 
  • No imita ni repite gestos o acciones que otros hacen. 
  • Hay pocas expresiones para compartir el afecto positivo.  
  • Antes usaba palabras, pero se observa un retroceso en el lenguaje.   

 

Conociendo a otros padres:  

Algunas de las conductas que los padres observan y comentan de sus hijos antes de los 24 meses, se pueden resumir en las siguientes áreas: 

En la comunicación: 

  • No responden al nombre.  
  • No expresan lo que desean  
  • Hay un retraso en el lenguaje. 
  • Ha dejado de usar palabras que antes decía.  
  • No va hacia donde le señalamos.  
  • No sigue instrucciones orales. 
  •  A veces parece sordo.  
  • Unas veces parece oír y otras no. 
  • No señala con el dedo.  
  • No mueve la mano para indicar el adiós.  

 

En el área social: 

  • No sonríe cuando le sonreímos.  
  • No nos mira a los ojos.  
  • Parece preferir estar solo.  
  • Coge las cosas por si solo.  
  • Esta en su propio mundo.  
  • No cambia su comportamiento cuando nos ponemos tristes o enfadados.  
  • No se interesa por otros niños.  

 

A nivel conductual: 

  • Tiene muchas rabietas. 
  • Es muy inquieto, (hiperactivo). 
  • No coopera con las actividades cotidianas.  
  • No sabe como utilizar los juguetes.  
  • Observan un apego inusual a ciertos juguetes.  
  • Alinea o pone en fila los juguetes y objetos.  
  • Repite las cosas una y otra vez.  
  • Es sensible a ciertos sonidos y texturas.  
  • Tiene movimientos anormales.  
  • Anda de puntillas.  

 

 

A partir de los 36 meses: 

  • Hay un retraso en el lenguaje sin otros métodos alternativos de comunicación.  
  • Se observan ecolalias, lo cual se conoce como la repetición del lenguaje del adulto, dibujos, etc.  
  • Habla de sí mismo en tercera persona (ej. Un niño que se llama Alberto dice: Alberto quiere comer, cuando tiene hambre, en vez de quiero comer). 
  • Entonación anormal, por ejemplo, se puede observar que su lenguaje se parece al de unos dibujos. 
  • Sigue habiendo una pobre respuesta a su nombre.  
  • Hay dificultades en la atención compartida y un déficit en la comunicación no verbal.  
  • Ausencia o escasez de sonrisa social  
  • No pide las cosas, las consigue por sí mismo.  
  • Puede observarse una pérdida del lenguaje en niños que mostraban el mismo anteriormente.  
  • Ausencia de juego simbólico.  
  • Hay dificultades para la imitación de los demás.  
  • Falta de interés por otros o acercamientos “extraños” a otros.  
  • Escaso reconocimiento y respuesta hacia las emociones de los demás.  
  • Escala utilización de la mirada social.  
  • Rutinas y juegos repetitivos.  
  • Dificultad para cambiar ciertos patrones de conducta.  
  • Se observa un apego extraño a juguetes u objetos.  
  • Se observa hipersensibilidad a los sonidos o al tacto, no tolerando o molestándole ciertas texturas.  
  • Respuesta inusual al dolor.  
  • Estereotipias y manierismo motores.  
  • Patrones posturales peculiares, por ejemplo, andar de puntillas.  

 

 

 

INTERVENCIÓN EN ATENCIÓN TEMPRANA. 

 

Tras conocer las señales de alerta y ser detectadas por los progenitores, lo conveniente es acudir a un especialista para valorarlas estudiarlas, así como comenzar la intervención lo antes posible.  

 

¿Cómo es la intervención? 

Lo recomendable es una intervención multidisciplinar, donde haya implicación de diferentes profesionales que conozcan el desarrollo infantil. Entre estos profesionales encontramos: psicología, logopedia, fisioterapia, terapia ocupacional, neuropediatra, medico rehabilitador, medico de cabecera, etc.  

 

A continuación, se procederá a redactar los principales objetivos que se persiguen en las áreas de intervención con las que nuestro CAIT cuenta, como son psicología, logopedia y fisioterapia. 

 

 

Área de psicología.  

Desde el área de psicología, es el área donde se procede a hacer una análisis, valoración e intervención integral de las diferentes áreas del desarrollo infantil como son: a nivel cognitivo, social, emocional, conductual, etc. Además, se pretende hacer un acogimiento, así como orientación a los familiares. 

De esta forma, algunos de los objetivos generales que se pretende conseguir desde el área de psicología son los siguientes: 

  • Valorar los síntomas y las áreas prioritarias de funcionamiento.  
  • Favorecer un desarrollo social y comunicativo, a través de la enseñanza de estrategias en el menor.  
  • Enseñar competencias adaptativas, entrenando las funciones cognitivas y emocionales.  
  • Intervenir en los problemas de conducta y en los trastornos emocionales que puedan interferir en el desarrollo del menor.  
  • Prestar apoyo y dar información a las familias y profesionales implicados, tratando los problemas conforme vayan apareciendo. 
  • Acoger a la familia y trabajar las dificultades y necesidades que el menor pueda ir presentando.  
  • Trabajar las dificultades del menor a través de diferentes técnicas (según la tendencia del terapeuta). 
  • Realizar un programa de intervención aplicado y adaptado al menor, con sus gustos, dificultades e intereses, así como por lo objetivos que la familia también pretende conseguir.   

 

De manera específica, a continuación, se presentan algunos de los objetivos específicos que desde esta área se trabajan, según el área de desarrollo.  

 

A nivel conductual:  

  • Favorecer el aprendizaje de conductas nuevas y más adaptativas.  
  • Disminuir las conductas que interfieren con el aprendizaje.  
  • Trabajar posibles conductas que puedan aparecer en su desarrollo como ansiedad, frustración, etc.  
  • Enseñar y aplicar estrategias para manejar de manera eficaz rabietas.  

 

A nivel social: 

  • Fomentar la intención social comunicativa.  
  • Estimular la atención conjunta.  
  • Estimular el contacto ocular con las personas de su alrededor.  
  • Fomentar el aprendizaje de habilidades relacionadas con las emociones, tales como, estimular la sonrisa social, el aprendizaje de emociones básicas y sus expresiones, etc.  
  • Estimular la respuesta del niño para responder a su nombre cuando es llamado por los demás.  
  • Aprender habilidades sociales básicas tales como el saludar, despedirse, hacer preguntas típicas, etc.  
  • Mejorar el acercamiento y las relaciones sociales con su grupo de iguales.  

 

A nivel cognitivo:  

  • Estimular la imitación verbal y no verbal.  
  • Aprender el uso funcional de los objetos.  
  • Estimular el uso del lenguaje como medio de comunicación, así como el uso del lenguaje no verbal tal como el señalado.  
  • Estimular el juego simbólico.  
  • Aumentar el rango de vocabulario y usarlo de manera espontánea.  
  • Estimular las habilidades básicas como son la atención, la percepción y la memoria, así como complejas. 

 

Estos son algunos de los objetivos que se pretende conseguir desde esta área, pero tal como se ha comentado, los objetivos tienen que ir centrado en el menor y la familia en cuestión, adatando estos a sus intereses y gustos. Las técnicas y la intervención a realizar por el profesional, será marcada por su tendencia y método, (entre las que encontramos algunas más sonadas como El Análisis Conductual Aplicado (ABA); Programa de autismo (TEACCH); Modelo de Denver de inicio temprano (ESDM); etc.  

 

 

Área de logopedia. 

 

El logopeda, encargado de trabajar las áreas relacionadas con el lenguaje y la comunicación, trabajará en coordinación con los demás profesionales implicados en la intervención del menor. De manera general, en primer lugar, el logopeda deberá fomentar la intención comunicativa, potenciar la atención conjunta y favorecer la reciprocidad en la comunicación. Y, en segundo lugar, como objetivos específicos deberá ampliar el repertorio de funciones comunicativas y sofisticar los medios para expresar cada una de esas funciones 

De manera especifica, algunos de los objetivos que se trabajan desde esta área son: 

  • En el plano de la comunicación: 
  • Mejora las relaciones sociales y el entorno 
  • Crea sistemas de comunicación alternativos 
  • Mejora la autonomía personal 
  • Facilita el intercambio de ideas 
  • En el lenguaje oral: 
  • Mejora la comprensión de las situaciones 
  • Mejora la expresión y gestión de la información 
  • Aumenta el vocabulario 
  • Mejora la articulación y la prosodia 
  • En el lenguaje escrito: 
  • Mejora las habilidades para el aprendizaje 
  • Aumenta la funcionalidad y la autonomía 
  • Asesoramiento a las familias durante el proceso de aprendizaje 
  • Coordinación con otros profesionalespsicólogos, psicopedagogos, maestros… 

 

 

 

Área de fisioterapia.  

 

Desde el área de fisioterapia, intervendremos cuando los trastornos motores dificulten el desarrollo y la ejecución de las actividades de la vida diaria del menor.  

Los niños con TEA en muchas ocasiones suelen presentar trastornos motores como los retrasos en la motricidad gruesa o en el uso eficaz de las manos; haciendo alusión a la motricidad fina, carencia de coordinación y equilibrio, dificultades para mantener la postura, disminución de la coordinación óculo-manual, hipotonía (51%), dispraxia (34%) y marcha de puntillas en la mayoría de los casos. Estos trastornos traen como consecuencia una serie de alteraciones estructurales: como mayor flexibilidad en las articulaciones metacarpofalángicas y muñecas; escoliosis, debido a la hipotonía; acortamiento del tríceps sural debido a la marcha en puntillas. 

 

Es por todo esto, que desde el área de fisioterapia se pretende conseguir los siguientes objetivos principales:  

  • Realizar una labor en conjunto con las familias y las escuelas, aumentando la conciencia sobre el TEA, a fin de que el niño mejore en el cumplimiento de sus rutinas diarias,  
  • Adquisición de nuevas habilidades motoras,  
  • Desarrollo de una mejor coordinación y postura,  
  • Aumentar el estado físico y la resistencia,  
  • Mejorar sus habilidades de juego e imitación motora,  
  • Favorecer la participación en ámbitos sociales y escolares 

 

De manera general, en estas terapias se emplea la actividad física como agente fundamental; ya que los fisioterapeutas están capacitados para optimizar el desarrollo motor, abordando las habilidades y el estado físico mediante la prescripción de actividad física. Esta produce beneficios en el ámbito físico, psicosocial y cognitivo, facilitando además la creación de rutinas y reduciendo el estrés y la ansiedad mediante un incremento de la autonomía personal. 

 

 

Es completamente normal que el enfrentamiento ante la realidad de un hijo que va a tener un desarrollo y unas necesidades diferentes a las esperadas ocasione un conflicto con las expectativas establecidas sobre él y arroje una gran preocupación sobre su futuro. Desde nuestra asociación, Montilla Bono, ponemos a vuestra entera disposición a nuestras profesionales para poder realizar una valoración inicial y así poder comenzar el mejor tratamiento para los niños con signos de alerta de TEA.  Nuestras profesionales valorarán al niño y a su entorno y podrán darle el tratamiento individualizado más eficaz, así como pautas de trabajo para realizar en casa.  

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA. 

 

Carrascón, C., Sanitario, P., Técnico, E., Aragón, A. (2016). Señales de alerta de los trastornos del espectro autista. Madrid: Lúa Ediciones, 3, 95-8. 

 

Yunta, J. A. M., Palau, M., Salvadó, B., & Valls, A. (2006). Autismo: identificación e intervención temprana.Acta Neurol Colomb,22(2), 97-105. 

 

Sánchez-Ventura, J. G., Mariscal, M. M., Manrique, M. V., Cabrera, P. T., y PrevInfad, G. (2011). Señales de alerta de los trastornos del desarrollo y del espectro autista. 

 

Sánchez-Raya, M. A., Martínez-Gual, E., Elvira, J. A. M., Salas, B. L., & Cívico, F. A. (2015). La atención temprana en los trastornos del espectro autista (TEA).Psicología educativa,21(1), 55-63. 

 

 

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https://www.infosalus.com/ 

 

https://www.stanfordchildrens.org/